La eyaculación precoz es una de las disfunciones sexuales masculinas más frecuentes afectando a una población masculina muy heterogénea.
En la mayoría de las investigaciones realizadas sobre esta disfunción, se constata que son principalmente los factores de carácter psicológico los que normalmente facilitan la aparición y explican la gran mayoría de los casos de eyaculación precoz.
¿Pero qué es la eyaculación precoz?
Como su propio nombre indica la precocidad es en esencia una condición en la que el hombre es incapaz de ejercer un control voluntario sobre su reflejo eyaculador con el resultado de que una vez que está excitado sexualmente alcanza con mucha rapidez el orgasmo.
Hay diversas opiniones en cuanto establecer el tiempo que tiene que transcurrir desde la penetración hasta la eyaculación para considerarla como precoz. Algunos clínicos definen precocidad como la presentación del orgasmo 30 segundos después de la penetración, otros lo establecen en 1 minuto y medio, 2 minutos y otros incluso lo miden según número de penetraciones.
La precocidad no admite una definición cuantitativa porque la patología esencial de este cuadro no se relaciona realmente con el tiempo.
Causas de la eyaculación precoz
- Causas físicas: Podríamos englobar aquí enfermedades locales de la uretra posterior, pérdida de control en la defecación y en la micción, alteración de las vías nerviosas que controlan el orgasmo, trastornos de tipo degenerativo etc.
- Causas psicológicas: existen diversos presupuestos teóricos que explican el funcionamiento de la eyaculación precoz. Destacan entre ellos el psicoanálisis, los métodos de sentido común y el entrenamiento sensorial.
Tratamiento
Afortunadamente la eyaculación precoz tiene tratamiento pero este va a depender de cada paciente. Mediante sesiones terapéuticas individualizadas se enseñará al paciente a controlar la eyaculación precoz. Se realizará una evaluación inicial que suele darse en presencia del paciente y su pareja, consiste en un examen psicológico de ambos, una historia detallada y una valoración del funcionamiento sexual, y una evaluación de la relación conyugal.
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